miércoles, 14 de octubre de 2009

Wamuto - El Ciboliano

La noche que Orión partió con Eva de la aldea Cub, dejó específicas instrucciones de que no fuesen seguidos, y pidió a Wamuto que cuidara de Ramín en su ausencia; pero Adán decidió ir tras ellos esa misma noche, pues no tenía intenciones de abandonar a sus aliados a su suerte. El jefe cub siguió el rastro de la pareja junto con Ramín, Wamuto, y un puñado de guerreros hasta el claro donde el campamento del Gato Negro estaba ubicado; pero han pasado varias horas desde que Zachar y sus mercenarios partieron. Seguir la caravana hasta Barakoa quiere decir que tendrían que entrar al Territorio Prohibido; Wamuto explica a Adán que tratar de cruzarlo con tan pocos hombres es un suicidio, pero el jefe Cub con sus supersticiones, cree que el dios Okima los protegerá del mal.

Sin perder más tiempo, el grupo parte en sus caballos, pero Wamuto no está convencido que esta es la mejor idea: pocos guerreros, pocas armas, un niño, y el Territorio Prohibido, son los ingredientes para un gran desastre. Una vez se adentran en el mítico bosque, la noche se torna aún más oscura; un inesperado alarido resuena entre las montañas y Ramín está aterrorizado. Wamuto trata de convencerlo que se trata tan solo de coyotes para que se tranquilice, pero por dentro sabe que es algo o alguien más quien causa tan espantoso sonido. Subitamente el pequeño Ramín se congela y apenas puede pronunciar palabra; Wamuto levanta su mirada para ver a la Muerte encarnada frente a ellos y a punto de capturarlos!

"A donde creen que van?"

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