lunes, 5 de octubre de 2009

Aikido - El Profesor

Aún inconsciente, la Cratotaura es llevada por los soldados a la misma celda en la que Calixto se encuentra prisionero. El arrepentido comandante suplica el perdón de su amo y le ruega que no lo deje a la merced de la bestia que pronto despertará. Crato ordena que transfieran al traidor a las canteras a ejercer labores forzadas, y le advierte a Calixto que su sufrimiento en las canteras será tal que deseará no haber nacido.

Una vez se encuentra a solas con la Cratotaura, el señor de las sombras llama a Aikido, quien durante veinte años fué el asistente de Serapis en su laboratorio. Aikido no es originario de estas tierras ni de la Atlántida; viene de Lemuria en el oriente, y tiene conocimientos avanzados en ciencias químicas. Aunque Serapis nunca le reveló detalladamente sus descubrimientos, es el único que está familiarizado con los experimentos del sabio atlante.

Con esto en mente, Crato le ordena a Aikido que encuentre la forma de darle una transfusión con la sangre de la Cratotaura. El profesor le advierte a su amo que Serapis es el único que puede diseñar los protocolos precisos para efectuar tan delicada operación sin correr riesgos; y se ofrece a sintetizar más elixir ya que cree tener los suficientes conocimientos para hacerlo. Crato se niega a esto; el elixir ya no es suficiente para él; no quiere solo juventud sino fuerza e invulnerabilidad para derrotar a todos sus enemigos.

Aikido le advierte de nuevo que la transfusión es muy peligrosa, tanto así que si algo sale mal, él mismo podría transformarse en un monstruo. A estas alturas Crato ya no escucha razones y le da un tiempo limitado al profesor para desarrollar una fórmula. Mientras Crato parte sediento de venganza, el profesor Aikido se queda pensando en todas las cosas que pueden salir mal, y en la horrorosa transformación que convertiría a su amo en una bestia igual a la Cratotaura si la transfusión llega a fallar.

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