En el templo de la misericordia, Assuán y sus seguidores observan a Ramín hacer señas y gestos como los que haría un charlatán para convencer a un público ingenuo, pero el joven asegura que lo hace para demostrar su gran poderío. Nada parece ocurrir, así que Assuán lo presiona para que explique lo que ha hecho. Ramín dice que ha terminado con las habilidades curativas del ankh, y para desmentirlo, el jorobado se corta un brazo con la misma daga que planeaba sacrificar a Nefi. Creyendo que la mágica cruz sanará su herida instantáneamente, el truhán mira atentamente la cortada, pero nada ocurre... el ankh ha perdido su poder.
El grupo que hace solo unos instantes le era fiel a Assuán por curarlos de la lepra, ahora lo abandonan y le juran obediencia a Ramín, ya que él ha demostrado ser superior. Siempre siguiendo sus instintos de preservación, el enano se hinca y devolviéndole el ankh que le arrebató, también le promete lealtad. En medio de toda la confusión, nadie se percata que Nefi ha desaparecido, hasta que el joven líder pregunta por ella. Assuán concluye que la niña ha escapado hacia la galería... el temible lugar donde acechan el resto de los leprosos.
La herida de Assuán no sana con el chacra descargado
