martes, 1 de diciembre de 2009

Uranto - El Usurpador

Antes que noticias del inminente hundimiento de la Atlántida llegaran a su oido, Atlas, el Supremo Regente del continente, ya había decidido convocar a los mejores guerreros para participar en el torneo del cual surgiría su sucesor. Pero Atlas tenía dudas acerca de la lealtad de uno de los aspirantes: Crato, Príncipe de Amenti. Para comprobar sus sospechas, Atlas reclutó en secreto a uno de sus más cercanos y valerosos aliados: Uranto.

Su secreta misión, de la que ni siquiera el sabio Serapis estaba enterado, era averiguar la verdad acerca del amentiano y sus intenciones. Con el fin de poderlo infiltrar en Amenti, Atlas ordenó a los mejores cirujanos de Poseidonis que transformaran el rostro de Uranto para que fuese idéntico al de Crato. Para desgracia de todos, la catástrofe llegó justo cuando Uranto estaba en medio de su misión. Uranto sobrevivió el hundimiento y dos años después llegó a la que creía era la Colonia de Cibola, pero en su lugar se encontró frente a frente con el hombre al que trataba de desenmascarar: Crato.

El Gran Crat le perdonó la vida a cambio de que entrenara a los jóvenes cadetes de Cratala, y con el tiempo, Uranto se convirtió en un respetado general. Cuando Crato se casó con Mura, Uranto comenzó una amistad especial con ella; pero creyendo que se trataba de algo más, Crato destruyó la reputación del general haciéndose pasar por él y torturando a los cadetes cortándoles los dedos. Todos creian que el responsable de tan terribles actos era Uranto, y con todo el ejército en su contra, el general fue capturado y llevado a la celda más oscura y húmeda del reino donde pasó los siquientes años de su vida.

Cuando finalmente logró escapar, Uranto solo pensaba en vengarse de Crato por arruinarle la vida; pero al enterarse que Orión también sobrevivió la catástrofe, partió a Barakoa en su busca para unírsele y ayudarlo en la sagrada misión. Sin embargo el destino no lo quiso así, y sin saberlo, Uranto y Orión lucharon a muerte creyendo que peleaban contra Zachar y Crato respectivamente. Incapaz de salvarle la vida debido a que su chacra está descargado, Orión no puede hacer más que acompañar al general en sus últimos momentos y pedirle a Atón-Ra que proteja su alma en el más allá. Uranto ha muerto!

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