jueves, 10 de diciembre de 2009

Mura - La Cratotaura

En las catacumbas del palacio negro, Crato ha conducido a Serapis hasta la celda de la Cratotaura. Todas sus técnicas de tortura han fallado hasta el momento para que el anciano revele la fórmula que revertirá la transformación del Gran Crat, así que una visita al monstruo de los subterráneos podría hacerlo hablar. La sangre de Serapis se congela al escuchar los aterradores ahullidos de la creatura y al sentir su inmenso cuerpo acercarse a él.

El anciano trata de apelar a algún vestigio de humanidad dentro de ella, y la llama por su verdadero nombre: Mura. Le recuerda que él siempre ha sido generoso con ella, y que el verdadero culpable de todas sus desgracias es Crato. La idea de Serapis funciona, y la Cratotaura centra su atención en su esposo, a quien trata de atacar con sus terribles garras. Crato le ordena que se aleje, pero Mura no le obedece; los soldados están petrificados de horror al verla y no actuan, ni siquiera Zaribio el espía se atreve a levantar su mano contra ella.

Al verse arrinconado, Crato no tiene más remedio que quitarse la máscara y revelar a todos su transformación; la escena es tal, que incluso la propia Cratotaura parece sorprendida al ver al monstruoso Crato. Ahora en igualdad de condiciones, las dos bestias se enfrentan en una feroz batalla como animales salvajes, pero al final es Crato quien triunfa y obliga a la Cratotaura a atacar a Serapis.

El Cratotauro vs. La Cratotaura

El anciano sacrificaría su vida en un abrir y cerrar de ojos para castigar a Crato, pero sabe que si muere la misión fracasará, pues la llave de la sabiduría aún no está cargada; así que cuando la Cratotaura comienza a morderlo, Serapis se ve obligado a acceder a las condiciones de Crato y promete revelarle la fórmula. El Gran Crat ordena a la Cratotaura que se detenga, y luego sonríe mientras se coloca de nuevo la máscara.

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