Orión - El Atlante

Orión y sus amigos lograron escapar una vez más de las fuerzas de Cratala; pero al no poder averiguar lo que sucedió con la colonia de Cibola, o el paradero de Serapis, el atlante ha decidido que es Cratala hacia donde debe dirigirse en busca de respuestas. Eva no quiere separarse de él, y a la vez, Gudas no quiere abandonarla a ella, así que los tres errantes de dirigen hacia la ciudad negra. Durante su viaje hacia Cratala, el grupo se detiene en la entrada a una cueva donde se oyen unos terribles gritos. Al entrar, los tres ven a un pequeño hombre atrapado entre las rocas y a punto de ser devorado por un inmenso reptil. Poniendo en práctica su entrenamiento, Orión se deshace del asqueroso animal, y saca de entre las rocas al pequeño hombre, quien se encuentra herido.

El guerrero atlante usa su chacra por tercera vez para curarlo, y con esta final descarga, el rubí sagrado ha perdido su poder regenerador. El pequeño hombre se encuentra agradecido, y reconoce el símbolo que el guerrero lleva en el pecho: el símbolo de la Atlántida; desafortunadamente es también el símbolo de Cratala. Cuando Orión trata de interrogar al pequeño hombre acerca de Cratala, él usa unos polvos fulgurantes para enceguecer temporalmente al trío y desaparece.

Horas después mientras descansaban bajo la luz de la luna, Orión tiene un sueño profético y despierta apurado, pero cuando se preparaba para partir junto a sus acompañantes, los soldados llegaron por sorpresa y los atacaron. Orión luchó ferozmente y venció a más soldados de los que cualquiera hubiera podido vencer, pero en un momento de descuido es golpeado en la cabeza con una pesada bola de hierro por nada más y nada menos que Ravana... Orión ha sido derrotado!