Se trata de los Cibolianos que han trabajado como esclavos por años bajo el azote del perverso señor de las sombras. Leopardo los incita a luchar y les promete guiarlos hacia la victoria, pero ellos los reconocen como el sirviente del Gran Crat, y creyendo que se trata de una trampa, le lanzan un tridente en el pecho y luego escapan.
Ramín no comprende por qué los Cibolianos atacaron a su amigo, pero Leopardo le pide que no los culpe, pues a lo largo de los años él hizo muchas cosas malas en nombre de Crato, y a pesar de que ahora se volvió bueno, es hora de pagar por todas sus pasadas transgresiones; dando un último suspiro, Purdo Leopardo muere. Ramín comienza a vagar desconsolado por los laberintos, lleno de tristeza y desilusión por los eventos que acaban de ocurrir, cuando de repente ve un objeto brillando en un oscuro rincón... una extraña llave!
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