En el templo de la misericordia, Ramín y Nefi huyen de Tifón con afán sin saber que él y Karnak los espían de cerca a través de cámaras ocultas por todos lados. Los pequeños llegan a las cloacas del templo y yendo en contra de sus instintos, se sumergen en las fétidas aguas tratando de encontrar una salida. Tifón, quien se encuentra sediento de venganza después de haber sufrido quemaduras en su cuerpo por culpa de los jovencitos, se separa silenciosamente de Karnak, y se dirige a una sala de controles.
El siniestro sacerdote hace girar una manija circular, y en las cloacas Nefi comienza a notar como los niveles del agua están subiendo rapidamente. Ramín decide que es mejor regresar, pero Tifón también activa una palanca que comienza a cerrar las compuertas de la entrada al vertedero, y los niños se encuentran repentinamente atrapados.
Ramín y Nefi se ahogan en las cloacas
Ramín y Nefi toman una profunda bocanada de aire y se sumergen para tratar de escapar a través de las compuertas, pero estas se cierran completamente y no hay escape. Poco a poco, los pequeños comienzan a sentir la falta de aire en sus pulmones, y la desesperación se apodera de ambos mientras las turbias aguas amenazan con ahogarlos en cuestion de instantes.
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