lunes, 21 de marzo de 2011

Berebere - El Buitre

Berebere se complace al ver el sorprendido rostro de Sakkara, quien lo abandonó a su suerte en el desierto, y aunque la sed de venganza aún lo tiene con vida, el buitre del desierto ha estado en agonía desde que la mujer serpiente le dió el beso de la muerte. Sus hombres lo encontraron en medio de las ardientes arenas, y ya que cree que pronto morirá, va a asegurarse que sus odiados enemigos Sakkara y el extranjero le acompañen al más allá.

En su camino a las ruinas de Aclimón, Berebere y sus hombres también encontraron a Kopto, a quien capturaron y usaron como carnada para emboscar al extranjero y a la mujer serpiente. El buitre del desierto ha decidido que el cantinero sufrirá el mismo destino que sus enemigos, a pesar de que el joven no tuvo nada que ver en el asunto. Los tres son llevados al desierto nuevamente, lejos de las ruinas, y atados con correas de cuero húmedas a estacas clavadas en la arena. Una vez amanezca y el sol comience a arder, las correas se secarán y serán una dolorosa tortura para los prisioneros.

Pero el buitre del desierto tiene un castigo especial para Sakkara: una correa de cuero alrededor de su cuello garantizará una muerte lenta y espantosa para la mujer serpiente. Con solo unas cuantas horas antes de que los primeros rayos del sol aparezcan en el horizonte, Berebere abandona a Orión, Sakkara y Kopto de la misma forma que el fué abandonado, no sin antes patear al atlante descomunalmente en el rostro haciéndole perder el sentido. Mientras se aleja, una malévola sonrisa atraviesa el rostro del buitre del desierto.

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