En las afueras del palacio real, Ramadán y sus hombres se disponen a obedecer las órdenes de la emperatriz Isis: ejecutar a Osiris por el supuesto homicidio del faraón Atenhotep. El capitán de las tropas no puede ocultar su satisfacción, pues no solo le quedará libre el camino para cortejar a Isis, sino que también podrá vengarse, ya que fue el hermano de Osiris quien le hizo perder su ojo años atrás.
Los soldados empujan a Osiris, lo hacen caer de rodillas, y reposan su cabeza en un tronco. Ramadán toma un hacha y está a punto de ejecutar al príncipe, cuando los desesperados gritos de una mujer se dejan oir; se trata de Nubia, la mujer que fué descubierta espiando a Asuramaya. El astuto Osiris aprovecha la distracción y ataca a Ramadán con las mismas cadenas que le aprisionan, golpea a los guardias, y se da a la huida, no sin antes prometerle al capitán de las tropas que regresará por su vida.
Los soldados empujan a Osiris, lo hacen caer de rodillas, y reposan su cabeza en un tronco. Ramadán toma un hacha y está a punto de ejecutar al príncipe, cuando los desesperados gritos de una mujer se dejan oir; se trata de Nubia, la mujer que fué descubierta espiando a Asuramaya. El astuto Osiris aprovecha la distracción y ataca a Ramadán con las mismas cadenas que le aprisionan, golpea a los guardias, y se da a la huida, no sin antes prometerle al capitán de las tropas que regresará por su vida.
ANOTACION: La escena en la que la sirviente Nubia descubre que Asuramaya es responsable por la muerte del faraón es repetida en su totalidad dos veces: una vez en el ejemplar 56 y otra en el 57, aparentemente para llenar espacio; sin embargo nunca sabemos qué ocurre con la mujer. Bien cierto es que la situación fue creada por el autor para darle una forma oportunidad de escape a Osiris, pero el destino de la Nubia es desconocido. Debemos asumir que fue asesinada por Kafunga, ya que no la volvemos a ver en la historia.
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