Los otros ladrones se preparan a atacarlo, pero la pelirroja les ordena que se detengan; ellos le obedecen sin dudarlo y se refieren a ella como la mujer serpiente. Ante la mirada incrédula de la mujer, el chacra sagrado cauteriza la herida de Orión y desvanece la cicatriz, dejando su rostro como si nada le hubiese ocurrido. Fascinada por lo que acaba de ver, la pelirroja le pide a Orión que se acerque, y le da su nombre: Sakkara.
El atlante le pregunta por qué los ladrones la obedecieron con tal pleitecía, y en respuesta, Sakkara le da un apasionado beso. Un instante pasa, y Orión siente que todo comienza a dar vueltas. La mujer serpiente explica que este es el efecto que sus labios producen en aquellos que tienen la desgracia de besarlos. La mente de Orión comienza a perderse en un mar de confusión, y por más que trata de mantener el control, poco a poco va perdiendo la voluntad, hasta que finalmente cae preso de la hermosa pelirroja. Orión el atlante es ahora servidor de Sakkara, la mujer serpiente!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario