jueves, 18 de junio de 2009

Mura - La Cratotaura

Aún estando ciego, Orión trata de defender a sus acompañantes, y guiándose con los horribles quejidos de la terrible creatura, el atlante empuña su espada y se prepara a luchar; de repente Ravana le grita:

"No la mates Orión! Es mi madre!"

Crato no contaba con que el atlante tratara de defenderse y a través de la pantalla de cristal revela que la Cratotaura es en realidad Mura, su esposa, a la que le ordena que se aleje de Orión, ya que si él la mata, el Gran Crat no podrá conservar su juventud. Para hacer la situación peor, Orión no puede ver que la Cratotaura lleva en su pecho el medallón de Serapis que contiene la primera llave de la sabiduría.

Leopardo urge a Orión para que escapen, y en un momento inesperado, Ravana toma la mano de la Cratotaura y le promete que la liberará de las garras de Crato; aún más inesperado es que la Cratotaura entiende las palabras de su hija y parte junto a ella hacia la libertad. Minutos después los fugitivos logran salir de las catacumbas justo como lo hicieron la última vez, pero la Cratotaura entra en pánico y regresa a los laberintos; Leopardo explica que debido a haber pasado tantos años encerrada en los subterráneos, ahora le teme a la luz del sol. Ravana va tras ella sin que Orión pueda evitarlo; la princesa jura hacer hasta lo imposible por convertir a Mura de nuevo en un ser humano y alejarla para siempre de su padre.

En el salón del trono, Crato llama a Bomo, uno de los pocos que puede hacerle frente a la Cratotaura; le ordena que la capture de nuevo, y le promete hacerlo su hombre de confianza si logra su cometido. Sin saberlo, el Gran Crat ha puesto su destino en manos del traidor que planea su propia muerte. Una vez Bomo deja el salón, Crato descubre con horror que comienza a envejecer de nuevo; sin la sangre de la Cratotaura, y sin Serapis para sintetizar el elixir de la juventud, los días de Crato están contados.

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