domingo, 28 de marzo de 2021

Ramadán - El Capitán

Al despertar, siente como cada músculo en su cuerpo duele, y cada hueso parece estar a punto de quebrarse. Vagamente recuerda que partió de Saís tras el rastro de Osiris; recuerda a una hermosa mujer pelirroja, y recuerda haber visto muerta a Babel. Ramadán se pone de pié con dificultad, y ve a un guerrero moribundo tirado en la arena. Se le viene a la memoria una feroz batalla, y cómo el extranjero lo golpeaba repetidamente, pero no está seguro cómo terminó en esta situación. El Capitán ya no se encuentra bajo el control hipnótico de Sakkara, pero sus pensamientos aún con confusos y esquivos.

Un poco más adentro de las ruinas de Aclimón, Ramadán encuentra el cuerpo inmóvil de su amante Babel, pero ignora que fue él mismo quien le clavó una flecha en el pecho. Lo que sí sabe es que ha fallado en su intento de capturar a Osiris, y este es un fracaso que Isis jamás le va a perdonar. Tal parece que sus planes de casarse con la Emperatriz de Saís no se harán realidad, y de hecho, ella lo castigará por no cumplir con su palabra de traerle al asesino de su padre.

Consumido por la derrota, o tal vez aún afectado por la hipnosis de la mujer serpiente, Ramadán concluye que no puede volver a Saís con las manos vacías, y para evitar la furia de Isis tendrá que huir... ¿Pero hacia dónde? En Ofir lo reconocerían de inmediato y sería llevado ante Urmosis, su peor enemigo. Abordando el carruaje que presumiblemente trajo a Babel a este lugar, el Capitán abandona las ruinas con destino a un reino donde tal vez sea bienvenido y pueda rehacer su vida... ¡El país de los Asuras!

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