Babel fue la primera en atacar, pero Sakkara responde con la misma agresividad. Las dos mujeres riñen con furia salvaje entre las ruinas, hasta que ambas caen rodando por unas escaleras. Sakkara se pone de pie primero y finge rendirse; en señal de paz, le da la mano a Babel para ayudarla a levantarse. Babel no confía en la misteriosa mujer, pero acepta su ayuda; este es un error imperdonable, ya que al hacer contacto frente a frente, los ojos de la mujer serpiente comienzan a brillar y poco a poco la oportunista cae en un trance hipnótico que la pone bajo el control de Sakkara.
Para comprobar que su dominio sobre Babel es total, Sakkara la cachetea una y otra vez sin obtener respuesta alguna; la mujer serpiente ha triunfado. Mientras escapa de las ruinas, Sakkara envía a Babel hacia Orión y Osiris para distraerlos. El atlante y el príncipe de Ofir encuentran a la oportunista quieta como una estatua y con la mirada perdida. Osiris cree que ella finge, pues ya sabe los alcances de la maliciosa mujer, mientras Orión trata de hacerla reaccionar sin lograrlo, pero si Babel no despierta de su trance pronto, morirá.
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