Babel entrega a Asuramaya el medallón que Osiris le pagó como precio por ayudarlo a verse con la princesa Isis. El anciano contempla el medallón con ojos de codicia y extiende su brazo para entregarselo a alguien oculto entre las sombras. Babel trata de distinguir la descomunal figura que lentamente se comienza a dejar ver, y sus piernas tiemblan cuando ve al monstruoso animal que obedece las órdenes de Asuramaya.
Una vez la bestia tiene el medallón de Osiris en su garra, Asuramaya le da instrucciones y lo envía a las recámaras del faraón Atenhotep para que cumpla su macabra misión. Cuando Babel le exige al anciano el pago por sus servicios, el anciano se niega a cumplir su parte del trato, y muy por el contrario le explica que ella será el premio que la bestia recibirá en recompensa por matar al faraón de Saís. La traidora ha sido traicionada!
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